El lugar donde vivimos forma parte de un sistema económico, social, cultural y político. Como personas que vivimos en él, debemos ser conscientes de ello y tenemos la obligación moral de plantearnos cómo posicionarnos.
Hoy en día se habla mucho de la
globalización. Aunque somos conscientes de sus múltiples significados,
entendemos que supone un intento de uniformizar el planeta en base a la
ideología del sistema capitalista.
El principal pilar de esta
ideología es el consumismo. El ser humano nace, produce, consume y muere, no
dejando espacio al resto de aspectos del ser humano ya que todo se procesa en
base a las reglas mercantilistas.
El Sistema Establecido se basa en
esta ideología, con lo cual está presente en todos los aspectos de nuestra
vida. De esta manera se generan personas materialistas, competitivas e
individualistas. En resumidas cuentas, es una cultura del tener, no una cultura
del ser.
Como docentes, tenemos la
obligación de mediar para que el alumnado pueda ser libre, a través del
conocimiento y la experiencia, de valorar su posición y sus posibilidades de
acción ante esta situación.
La Educación Libre tiene
definiciones en diversas partes del mundo, y puede ser entendida de muchas
formas. La esencia de la educación libre es respetar el proceso de desarrollo
humano, confiar en la vida y en la posibilidad de que el hombre puede
construirse a sí mismo.
Partiendo de esta base, los
proyectos de educación libre se caracterizan por acompañar a los niños en este
proceso, hacer propuestas y dar el ambiente necesario, pero con la idea
principal de la no-directividad, es decir, no interferir en la toma de
decisiones, ni dirigirla. Esto se traduce en dejar al niño ser.
Crece el modelo de escuelas
libres
En el patio de entrada de una
Escuela infantil, Nuria y Luis, educadora ella y padre y músico terapeuta él,
cantan canciones rodeados de críos. En el interior, un niño lee solo un cuento,
mientras otro, en un rincón, experimenta con unas figuras geométricas lo que él
aún no conoce pero que llama matemáticas. En el patio de recreo, dos niñas se
columpian despreocupadas y sin la supervisión de ningún adulto. Lo que en
cualquier escuela parecería un desbarajuste, es en cambio el escenario habitual
de una escuela libre o no directiva, según la terminología, como lo es esta
escuela.
"Normalmente propongo una
actividad, después de observar cuáles son las inquietudes de los niños, y quien
quiere participa y, si hay uno que está de mal humor y prefiere estar solo,
pues ningún problema", explica Nuria, la educadora de la escuela.
Es decir, que el educador no da
órdenes, sino que son los niños los que, a través de sus necesidades sujetas a
su proceso evolutivo y a través de la experimentación, aprenden. Y el maestro
adopta el papel de observador y acompañante, "mucho más importantes de lo
que parece", destaca Nuria.
En los últimos años, han
proliferado los proyectos alternativos al sistema educativo ordinario,
asociaciones de padres y madres que se auto-organizan, con la ayuda de
educadores y pedagogos, para crear espacios educativos libres. En sólo dos
años, han recibido casi un centenar de propuestas por parte de familias que
querían sacar adelante un proyecto de este tipo. ¿Quizás como reacción a los
recortes en las escuelas públicas? "No lo creo, pero seguramente algo ha
tenido que ver la crisis, no económica sino de valores, que estamos viviendo, y
que nos lleva a replantearnos cosas como la educación que queremos que tengan
nuestros hijos, diferente a la que recibimos nosotros"
Sin embargo, del centenar de
proyectos que constan, algunos no terminan consumándose, y otros son puramente
circunstanciales, ligados al crecimiento de un grupo de niños cuyos padres
optan por este tipo de pedagogía. Es el caso de esta escuela. "Lo pusimos
en marcha unas familias que ya nos conocíamos de un grupo de crianza",
explica Marta, una de las madres que fundó la escuela, hace dos años. La
mayoría de familias que optan por esta educación es porque ya en casa utilizan
métodos no directivos para sus hijos.
"No queríamos una escuela
donde se sentaran todos en silencio en la mesa, donde se les mutilara la
creatividad en favor de la memorización", explica Marta. Esta madre cree
que, como los adultos, "los niños aprenden más cuando lo hacen por
voluntad propia, movidos por sus inquietudes y necesidades". Mientras su
hija se columpia en el patio, Marta fija la mirada en una escalera de mano que
le sirve de ejemplo. "Si un niño quiere subir esta escalera, y no puede,
tranquilamente bajará y lo volverá a intentar otro día, hasta que se sienta cómodo;
si lo forzamos a subir, acabará teniendo miedo, o cayendo, y al final tardará
el doble en subir la escalera. ¿Qué importa cuando aprenda a subir?".
Esto, aplicado a las matemáticas o a la lectura, según Marta, es una de las
esencias de la educación libre.
Más implicación familiar y un
educador observador
En la educación libre, cada
escuela es un mundo y enriquece su proyecto de manera diversa, pero si hay
algún patrón que se repita en la mayoría de casos es el papel del educador -o
maestro- y el de las familias. En el caso del educador, adopta un rol "de
observador", explica Sebastián. "Es fundamental que identifique bien
las necesidades e inquietudes de los niños, porque luego los debe presentar
actividades que quieran hacer y a través de las cuales los niños y niñas
aprendan", detalla.
"Si el ambiente está bien
preparado y con estímulos, el niño experimenta y aprende casi sin ayuda",
apunta Nuria, "sólo es necesario que lo orientes". Como la mayoría de
estas escuelas, el reparto y carácter de los espacios es fundamental. "El
espacio de concentración está lleno de objetos de estimulación a través del
tacto, de material Montessori que introduce a las matemáticas a través del
experimento, de juego simbólico...", enumera Marta.
"Pasar de lo
concreto a lo abstracto es mucho más sencillo que al revés", observa
Nuria, en contraposición a lo que hacen en las escuelas ordinarias.
Primeras experiencias en la
escuela pública
En el sistema educativo público
empieza a haber algunas experiencias de educación libre o que podrían entrar
dentro del amplio abanico que abarca este concepto. De momento hay cuatro, se
llaman "escuelas vivas", todas son de nueva creación con cuatro años
de existencia como máximo, y una de ellas es la escuela Encants, del barrio de
Sant Martí de Barcelona.
Estos casos son particulares
porque están sujetos al currículo que fija el departamento de Enseñanza, que de
momento la directora de este centro, asegura que cumplen. "De hecho,
estamos de acuerdo con el currículo, pero no con la forma de enseñarlo; ¡no nos
importa lo qué si no el cómo!", destaca la directora. Su proyecto,
"en continua reflexión y replanteamiento a medida que avanzan los
cursos", sigue los criterios de no directividad. Pero con matices propios.
En su caso, leen mucho a los alumnos, y fomentan, desde edades tempranas,
"el aprendizaje a través del diálogo entre los niños, orientado por el
educador, pero basado en las experiencias que intercambian los alumnos y en los
intereses que surgen de la conversación".
A diferencia de las escuelas
libres privadas, Esta escuela tiene el reto de estar sometida a condicionantes
como las ratios o a una parte de los docentes que no habituados a la
metodología. Eso sí, lo que permite es poner al alcance de todos esta
pedagogía, ya que en el resto de escuelas libres, al ser asociaciones, son los
padres quienes las mantienen a través de sus cuotas. Suelen costar 170 euros al
mes.
En la puerta de una escuela que
lleva a cabo esta metodología escuela, justo la semana que terminaba el curso,
un grupo de madres defendía sin temor el modelo de escuela donde van sus hijos.
"¿Qué recuerdo haber aprendido durante mi paso por la escuela? Nada. En
cambio, mi hijo vuelve cada día en casa entusiasmado con lo que hace",
sentencian.
Me parece muy interesante, ya que como bien dice somos muy materialistas, consumistas, somos una cultura de tener, y nos tendremos que centrar más en ser una cultura de ser. Como docentes y es nuestra obligación a los niños tenemos que enseñarles a aprender de sus experiencias y conocimientos y que pueden ser libres, en vez de estar enseñando a los más pequeños a ser materialistas, consumistas y competitivos.
ResponderEliminarMe parece muy bien esta nueva experiencia pero todavía hay un largo camino por recorrer, pero el que ya se vayan haciendo colegios de esta manera, ya es un paso bastante grande.
Me gusta encontrar escuelas en las que los niños tengan esa "libertad" de explorar y conocer por sí mismos y al mismo tiempo respetar la decisión del niño de no querer participar en algún juego en cierto momento determinado.
ResponderEliminarPara mi existe cierta relación entre esto y la educación emocional, ya que si un niño no quiere participar en el juego es debido a que está experimentando ciertas emociones; si obligamos al niño a que juegue cuando no quiere no estamos respetando sus emociones y le estaremos obligando a participar en algo de lo que no quiere.
Como bien sabemos, los niños muchas veces aprenden las cosas TOCANDO, TIRANDO, GOLPEANDO, ETC....es decir, necesitan experimentar con las cosas por si mismos para descubrir qué sucede.
El aprendizaje por ensayo-error es algo que permite a los niños experimentar diferentes formas de enfrentarse a un suceso, por lo que este tipo de trabajo va a aumentar la autonomía del niño y va a permitirle tener un buen desarrollo de su autoestima, ya que esta metodología ayuda también mucho a que el niño no se frustre cuando algo no le salga, o cuando no consiga su objetivo a la primera.
La experiencia es la mejor manera de aprender. Que los niños descubran por sí mismos las cosas les ayudará a descubrir muchas veces el porque de las cosas. El tocar un objeto, el lanzarlo, les ayudará a ver su tamaño, el ruido que hace el objeto al caer,... e irá adquiriendo conocimiento. Y por supuesto considero muy importante que no hay que obligar a un niño a realizar una actividad, si no que el niño escoga el momento más acertado para llevarla a cabo, porque como bien hemos aprendido no hay que forzar ha realizar las actividades.
ResponderEliminarEste es un tema que me parece muy interesante, ya que no hay mejor manera de aprender los contenidos teoricos que llevándolos a la practica. La mejor manera de que un niño lleve estos contenidos a la práctica que a través de la experimentación por si mismo, a través del descubrimiento, de a veces hasta equivocarse y volver a intentarlo, es la mejor manera de aprender y un buen desarrollo de todas las capacidades tanto cognitivas como físicas de nuestros alumnos.
ResponderEliminarEste es un tema que me parece muy interesante, ya que no hay mejor manera de aprender los contenidos teoricos que llevándolos a la practica. La mejor manera de que un niño lleve estos contenidos a la práctica que a través de la experimentación por si mismo, a través del descubrimiento, de a veces hasta equivocarse y volver a intentarlo, es la mejor manera de aprender y un buen desarrollo de todas las capacidades tanto cognitivas como físicas de nuestros alumnos.
ResponderEliminarEs muy importante que el niño sea capaz de desarrollarse completamente y no hay forma mejor que cuando lo hace de forma libre y como él quiera. Pero mi opinión es que si dejamos a los niños decidir que hacer y que no hacer y cuando quiera le estaremos consintiendo todo y en un futuro, cuando salga del colegio tendrá que seguir unas normas establecidas, unos horarios y fechas, algo a lo que no estará acostumbrado ya que antes podía hacer lo que quisiera cuando quisiera. Por eso creo que está bien que se desarrolle de forma libre pero siempre siguiendo unas normas de comportamiento y que si en algún momento el niño tiene que hacer una actividad y no le apetezca deberemos intentar que nos explique sus razones pero no dejarle hacer lo que el niño quiera.
ResponderEliminarHablar, leer y escuchar noticias sobre la educación libre, suena curioso, novedoso e incluso interesante llevarlo acabo, pero desde mi opinión si es cierto que es bueno dejar que el niño por si solo experimente, para que sean ellos mismo los que descubran sonidos, texturas, formas... pero por otro lado no veo viable que la educación libre se llevara acabo en todos los centros infantiles, ya que en las primeras etapas de los niños es cuando deben comenzar a forjar unas rutinas y unos hábitos imprescindibles para el resto de su vida, por lo tanto si se lleva a cabo una educación completamente libre, como bien menciona mi compañera Itziar, cuando terminen la etapa de infantil y tengan que introducirse a los siguientes niveles donde todo se guía por unas normas, hábitos y horarios, se complicaría todo para todos, tanto padres como hijos.
ResponderEliminarPara que la educación libre sea efectiva deberíamos cambiar el sistema educativo pero de todos los cursos no solo en educacion infantil,claro que este es en el que el niño debe ser mas libre porque no tiene conciencia de la normalización de la sociedad y es unja manera de prepararlos también para este,pero creo que siempre que el aprendizaje sea libre el alumno estará muchísimo mas animado
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarYo soy una partidaria del fomento de escuelas libres en educaron infantil, ya que yo trabajo en un centro con el método Montessori, y me parece que la innovación en educacion es necesario para que podamos ir creciendo.
La educación libre me parece una muy buena manera de que el niño se haga participe de lo que aprende y lo que descubre, ya que por si solo observa, toca e investiga nuevos objetos y sensaciones. Pero todo ello en cierta medida, es decir que pueda descubrir por si solo nuevas experiencias y objetos, pero sin olvidar algunas normas o un maestro que supervise lo que el niño está adquiriendo, porque sino no podriamos comprobar lo que el niño está aprendiendo y como va evolucionando y desarrollando, por ello es importante que también a su vez tenga a un profesor guiándole.
ResponderEliminarSoy de las personas que piensan que este tipo de educación es fundamental para el niño, estoy completamente de acuerdo con este tipo de metodología.
ResponderEliminarhay que innovar,cambiar,y arriesgarse a otras formas de educación.
En mi opinión, esta metodología me encanta, debido a que al niño hay que dejarle que experimente por si solo,y no la metodología que aplican en algunos centros, que lo único que hacen es hacer fichas.
ResponderEliminarEstamos algo acostumbrados a ver a niños desde muy pequeños en la escuela que tienen unos horarios muy estrictos y delimitados los tiempo, y siempre siguiendo las directrices del profesor. No nos damos cuenta de que así no dejamos que ellos experimenten y conozcan las cosas por ellos mismos, muchas veces se las damos hechas y eso no ayuda todo lo que debería a que se desarrolle plenamente. Me parece muy interesante el tema de la escuela libre en la que el alumno explore, investigue, descubra las cosas por sí mismo ya que esto es lo que realmente le ayudará a desarrollarse mejor.
ResponderEliminarcomo ya he comentado en muchos blogs, hay que cambiar el tipo de metodología, dejando así que sea el sujeto activo (el niño) quien reciba la educación de una manera directa. Además es importante que el niño experimente y conozca por sí solo
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