Es difícil definir, en pocas líneas, lo que representa
la educación libre. Además, cada proyecto, grupo de crianza o escuela de
educación libre tiene unos componentes propios que lo hacen especial y
diferente de los otros.
Aun así, la mayoría de proyectos se sienten
identificados con palabras como respeto, cuidar, confianza, límites,
disponibilidad de los adultos, no juico, consecuencias lógicas y que ayuden al
niño –en vez de premios y castigos extrínsecos-, acompañamiento emocional,
vivencia, amor, etc.
Todas las escuelas de educación libre acostumbran a
ser espacios poco masificados, con una ratio promedio de 1 adulto por cada 6 o
7 niños y niñas. Esto no implica que un adulto/a esté siempre con un mismo
grupo de niños y niñas, ni que éstos estén siempre en compañía de los mismos
niños y niñas. Bien a contrario, el agrupamiento de los niños y las niñas se
crea de manera espontánea en función de los propios intereses y afinidades.
Aprendizaje se considera todo lo que parte de un
impulso propio, toda experiencia que está motivada intrínsecamente, sin
sugerencias sutiles de los adultos/as, y que engloba toda la persona, todas sus
dimensiones psicomotrices, emocionales, sociales y cognitivas.
En consecuencia, podríamos decir que no existe ningún
currículm previo, o bien, que el currículum de estas escuelas se va generando
en la acción. No existen unos contenidos que es necesario dar obligatoriamente
en un momento determinado del proceso educativo, ni se obliga tampoco a que una
mayoría de niños/as o adultos/as imponga su decisión a las minorías o a los
individuos. De hecho, todas las actividades propuestas por los adultos o por
otros niños y niñas son, en principio, voluntarias, ya que no son más que
propuestas de experiencias, a partir de las cuales cada niño y niña, desde la
percepción de sus estados y de sus necesidades actuales, puede decidir si desea
o no aceptarlas.
La familia se considera el principal elemento en la
crianza y educación de los niños y las niñas. Muchos de los proyectos de
educación libre son creados y coordinados desde las familias, otros son
responsabilidad de grupos de educadores/as, y también hay proyectos con
responsabilidades compartidas. Pero en todos los casos, la inclusión y la
participación de las familias es un elemento fundamental. Podríamos decir que
hay una perspectiva sistémica en estos enfoques.
El objetivo principal de un programa Montessori es
ayudar a que cada niño a alcance su máximo potencial en todos los ámbitos de la
vida. Las actividades promueven el desarrollo de habilidades sociales, el
crecimiento emocional y la coordinación física , así como la preparación
cognitiva para los futuros esfuerzos académicos intelectuales.
El método Montessori permite que el niño experimente
la alegría de aprender, el tiempo para disfrutar el proceso y asegure el
desarrollo de su autoestima. Proporciona las experiencias a través de las
cuales los niños crean sus conocimientos y les prepara para las muchas
experiencias que ofrece la vida.
Montessori descubrió que los niños pasan por fases de
interés y curiosidad, que ella denominaba “periodos sensibles” del desarrollo
en esta etapa temprana de su vida. La Dra. Montessori describe la mente del
niño desde el momento del nacimiento hasta los seis años de edad como la “mente
absorbente “. Es durante esta etapa que un niño tiene una tremenda capacidad de
aprender y asimilar el mundo que le rodea , sin esfuerzo consciente. Durante
este tiempo, los niños son particularmente receptivos a ciertos estímulos
externos . Un “guía” Montessori reconoce y se aprovecha de estas etapas muy
perceptivas a través de la introducción de los materiales y las actividades que
están especialmente diseñadas para estimularle.
Yo tengo la oportunidad de trabajar en un centro donde utilizamos la metodología Montessori, y es realmente increíble ver la autonomía que adquieren los niños y como se desenvuelven al llegar a clase sin tener que darles indicaciones. Todo este proceso, lo evalúa un observador y le hace un seguimiento personalizado a través de la observación.
Creo que todo método de la educación que implique aprender y motivar a los niños es importante. Me parece fundamental que las familias puedan formar parte de este proceso y que los profesores puedan servir de guías en su desarrollo cognitivo. En concreto el método Montessori del que se habla me parece una manera muy interesante de trabajar con los niños
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